Alimentarse, además de una necesidad, es un placer que queda modulado por nuestros gustos y experiencias. Las decisiones que tomamos a la hora de alimentarnos están basadas en nuestros conocimientos, nuestras emociones y nuestras habilidades y todo ello, está muy influido por el entorno en el que vivimos.
El poeta satírico romano Juvenal deseaba disponer de una mente sana en un cuerpo sano. Cuidar el cuerpo con hábitos saludables pasa por cuidar la alimentación, el ejercicio, el descanso… Cuidarse físicamente se ha demostrado que tiene un beneficio notable en la salud mental. De algún modo, son una prueba más de que lo corporal, lo mental y lo espiritual son tres ámbitos o dimensiones constitutivas de los seres humanos y de que no pueden separarse entre sí.