Ludoteca
EL TIEMPO EMPLEADO EN JUGAR NUNCA ES TIEMPO PERDIDO
En la infancia JUGAR es primordial para un correcto desarrollo. Siempre es interesante y significativo para el niñ@; la motivación que provoca, lo convierte en la más poderosa fuente de crecimiento y desarrollo personal. Es una herramienta de aprendizaje innata, un proceso interactivo y de comunicación con el entorno y las personas que les lleva a entender y comprender lo que ocurre a su alrededor. Así, jugar es mucho más que algo positivo y recomendable: es una necesidad.
Jugando desarrollan todas las dimensiones del ser humano; forma parte de la inteligencia. Activan funciones sensoriales, psico-cognitivas, físicas y sociales mientras experimentan emociones y expresan sus sentimientos (afectividad). Ponen en práctica las principales competencias de concentración, planificación y razonamiento; ya que tienen diseñar una estrategia, resolver conflictos, agudizar las señales de comunicación, adaptarse a la competitividad o trabajar en equipo…
Implica además, cargarse de civismo y tolerancia, pues todo juego requiere seguir unas normas y adaptarse a diferentes situaciones. Así, aprenden a respetar el turno, gestionar sus emociones (ganar, perder, hacer trampas, roles, cooperar… diferentes escenarios donde trabajar la alegría, la rabia, la frustración, la individualidad y dependencia entre unos y otros…). Adquieren diferentes comportamientos sociales y desarrollan aspectos de su personalidad. De modo que el juego se convierte en una herramienta propia de ensayo de las situaciones mismas de la vida.
Igualmente puede ayudar a que se sientan más seguridad y a crear una imagen positiva de sí mismo al descubrir lo que pueden hacer y hasta dónde pueden llegar. Descubrir y crear un auto-concepto realista según ganan confianza en sí mismos, se arriesgan a experimentar y reconocer sus propias capacidades y limitaciones.
Beneficios
- Promociona habilidades y destrezas físicas, cognitivas y lingüísticas (coordinan, investigan, prueban, descubren, reflexionan, comunican…) en un entorno lúdico que propicia su bienestar emocional.
- Dan rienda suelta a su curiosidad, exploran la realidad, expanden su imaginación y desarrollan la creatividad.
- Conocen el entorno e interactúan con él.
- Facilita las relaciones sociales y fomenta los lazos afectivos.
- Permite trabajar la expresión y gestión de sus emociones (Inteligencia Emocional).
- Ganan autoconfianza y manifiestan sus necesidades, emociones e intereses con asertividad.
- Aprenden a respetar las normas, tolerar la frustración, encajar derrotas y celebrar victorias, ser pacientes, resolutivos, empáticos y en definitiva a desarrollar todas las actitudes, conductas y emociones que nos permitirán integrarnos en la sociedad y ser ciudadanos felices.
- Adquieren hábitos y valores.
El buen juego es garantía de salud física y emocional.
