Logopedia
CADA PALABRA LLEVA CONSIGO UN PENSAMIENTO, UN SENTIMIENTO, UNA VIDA
La logopedia es la disciplina que engloba el estudio, prevención, detección, evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la comunicación humana: alteraciones de la voz, de la audición, del habla, del lenguaje (oral, escrito, gestual); y de las funciones oro-faciales y deglutorias.
El logopeda se encarga de guiar en la rehabilitación (en la medida de lo posible) de las funciones alteradas; y de dar al usuario estrategias para el correcto uso de sus habilidades, intentando que aprenda a usarlas de forma útil y funcional.
La adquisición del lenguaje es un proceso evolutivo y continuo que comienza su desarrollo desde recién nacido, conservando su plasticidad, hasta los seis años. Por tanto, si se ocasiona un retraso en algún momento del crecimiento y no se actúa, el resto de los procesos se verán inevitablemente alterados. De ahí la importancia de acudir un logopeda en el momento crucial y en el tiempo adecuado para un mejor pronóstico, pues conforme van creciendo, las dificultades serán cada vez mayores. Este tipo de problemáticas influye a su vez en la socialización, el desarrollo emocional y el aprendizaje escolar.
¿Cuándo acudir al logopeda?
- Retraso en la adquisición del lenguaje (niños que tardan en hablar), poco vocabulario y/o no habla con los demás
- Se hace difícil comprender lo que dice
- Afasias (dificultad para expresarse o comprender el lenguaje), dificultades en algunos sonidos (fonemas) o letras como «R», «L», «S», «D»….
- Dificultades en la fluidez y pronunciación del habla.
- Problemas de lectura/escritura
- Dificultades de la voz y/o tiene dificultad para respirar
- No comprende órdenes o preguntas
- Problemas de deglución, al masticar o mala colocación de la lengua.
- Problemas de sordera, Autismo, Parálisis Cerebral, Enfermedades neurológicas, Hendidura del paladar, labio leporino, fisura palatina…
Beneficios de acudir al logopeda
- Ayuda en el buen desarrollo de la comunicación: favorece la calidad de la respiración, perfecciona la coordinación fonoarticulatoria del habla, mejora la pronunciación y la fluidez verbal
- Mejora la Socialización
- Favorece el desarrollo emocional
- Facilita el aprendizaje escolar de nuestros pequeños
Signos de alerta según la edad cronologógica
- Hasta los seis meses: dificultades de succión, no reacciones ni se orienta hacia el sonido o la voz, no mantiene el contacto ocular, falta de llanto, sonrisa o balbuceo.
- Hasta el primer año: dificultades ante el cambio de consistencia alimentaria, no dirige la cabeza al decir su nombre ni reacciona ante los cambios de entonación, no emite sonidos con intención comunicativa, habla sin consonantes o falta de interacción y sonrisa social.
- Entre el año y el año y medio: si no responde a pequeños intercambios verbales, no usa gestos ni se involucra en juegos tipo cucú-tras, no comprende órdenes sencillas, no aparecen las primeras palabras con significado (mamá-papá…) ni señala.
- Hasta los dos años: si le cuesta aceptar los alimentos sólidos y se le resiste masticar, no dice al menos 3 palabras con finalidad, no ha aparecido el NO, y no nombra personas.
- Entre dos y tres años: si no tiene un vocabulario mínimos de 25 palabras, hace combinaciones apenas de 2 palabras, dificultad al construir frases o adquirir nuevo vocabulario, no muestra juego simbólico
- Hasta los cuatro años: si se observa salivación o babeo constante, presenta alteraciones de oclusión dental, usa frases de pocas palabras, si resulta incomprensible para otras personas, no comprende órdenes complejas o tiene un vocabulario limitado (pocos verbos, sin plurales ni preposiciones, no formula preguntas o negaciones etc.), o muestra conductas inapropiadas (empujar, pegar…) y/o se enfada mucho.
- Entre cinco y seis años: si habitualmente respira con la boca abierta, le cuesta hablar fluidamente y tartamudea con frecuencia, presenta errores en la pronunciación, no estructura frases de 5 o más elementos, tienen poca capacidad para contar una experiencia o producir expresiones complejas, le cuesta relacionarse con iguales y prefiere jugar solo.
- Hasta los seis años: muestra un lenguaje desorganizado, tiene dificultades en la vocalización, falta de comprensión y expresión que le entorpecen para mantener una conversación, dificultades en la lectoescritura.
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